Desde niño he sentido con más fuerza la presencia de Jesús por las noches, justo antes de quedarme dormido, que en cualquier otro momento. Siempre había pensado que sería más apropiado experimentar lo trascendental en un templo o en un grupo de oración. Sin embargo, según la Biblia y muchos escritos espirituales, la noche es uno de los momentos preferidos por Dios para acercarse a nosotros.
No me había dado cuenta de la gran importancia que tiene la noche en el encuentro de Dios con su pueblo, según narran tantas historias bíblicas, hasta que conocí un himno en español que ahora es uno de mis favoritos.
Se llama “La noche es tiempo de salvación,” y lo encontré en una app desarrollada por la Conferencia Episcopal Española, llamada Liturgia CEE. Su letra me pareció preciosísima. Luego lo busqué en YouTube y encontré una interpretación también conmovedora.
El himno proclama que la noche es un tiempo de acercamiento a Dios y resume los principales acontecimientos de la historia de la salvación que sucedieron durante la noche: la escalera de Jacob (Gn 28, 10 ss.), la Pascua de los hebreos (Ex 12, 29 ss.), la alianza de Dios con Abrahán (Gn 15, 12 ss.), el llamado de Dios a Samuel (1 S 3, 1 ss.), el nacimiento de Cristo (Lc 2, 1 ss.), su resurrección (Lc 24, 1 ss.), y la representación de la segunda venida en la que el esposo buscará a las vírgenes con las lámparas encendidas (Mt 25, 1 ss.).
Creo que hay mucho que contemplar en todo esto, pero lo que más me llama la atención es que todos nosotros, de alguna manera, vivimos envueltos en la oscuridad que oprime a nuestro mundo. Sin embargo, eso no significa la ausencia de Dios. Al contrario, es precisamente en nuestras noches, nuestros momentos más dolorosos, cuando Dios quiere encontrarse con nosotros y llamarnos a amarlo y seguirlo.
Sigue la letra:
La noche no interrumpe
tu historia con el hombre;
la noche es tiempo
de salvación.
De noche descendía tu escala misteriosa
hasta la misma piedra donde Jacob dormía.
La noche es tiempo
de salvación.
De noche celebrabas la Pascua con tu pueblo,
mientras en las tinieblas volaba el exterminio.
La noche es tiempo
de salvación.
Abrahán contaba tribus de estrellas cada noche;
de noche prolongabas la voz de la promesa.
La noche es tiempo
de salvación.
De noche, por tres veces, oyó Samuel su nombre;
de noche eran los sueños tu lengua más profunda.
La noche es tiempo
de salvación.
De noche, en un pesebre, nacía tu Palabra;
de noche lo anunciaron el ángel y la estrella.
La noche es tiempo
de salvación.
La noche fue testigo de Cristo en el sepulcro;
la noche vio la gloria de su resurrección.
La noche es tiempo
de salvación.
De noche esperaremos tu vuelta repentina,
y encontrarás a punto la luz de nuestra lámpara.
La noche es tiempo
de salvación.